Tres renuncias y una licencia en la conducción del Colegio de Abogados de la Capital causaron revuelo entre los letrados y los pasillos de los tribunales, y dejaron entrever un cisma interno en la institución.
En la última sesión del consejo directivo de la entidad, que preside Francisco García Posse, se pusieron sobre la mesa las renuncias de Carlos Valls (h), al cargo de vocal titular IV; y de la madre de este, María Gilda Pedicone de Valls. La ex fiscal de Estado durante la gestión de Antonio Bussi era la direcora Académica de la Escuela de Graduados del Colegio.
Paralelamente, el ex secretario de la institución, Jorge Contrera, presentó su dimisión a la dirección del Consultorio Jurídico Gratuito; en tanto que José María Adle solicitó licencia por ocho meses al cargo de secretario del Consejo Directivo. El único que fundamentó por escrito los motivos de su renuncia fue Contrera. En el texto, deslizó críticas para la conducción del Colegio de Abogados.
“Debo destacar que en lo político también siento que mi ciclo ha terminado, los casi ocho años (en el cargo) no fueron méritos para ser llamado a descubrir la placa de inauguración de nuestra nueva sede, creo que en el lenguaje que identificamos como señales, esta circunstancia es una clara muestra de que no gozaba del honor de tal reconocimiento”, ironizó el abogado. Luego, expuso sus motivos personales: “debo decir que creo en el principio republicano de la alternancia, si bien no es cargo electivo, mi renuncia obedece a este recambio necesario de dirigentes. Creo que debemos ser contingentes y dar lugar a nuevas ideas, algo que debería ser respetado en toda institución más allá de la norma escrita o no escrita”.